Si observas el cielo con ayuda de un telescopio, o de unos prismáticos lunares, podrás contemplar que además de haber diferentes tamaños de estrellas, existen también distintos colores de estrella. Verás que algunas tienen un tono azulado, mientras que otras son rojizas. Pero, ¿A qué se debe esta variedad de colores de las estrellas? ¡Te lo contamos!
¿Por qué las estrellas tienen diferentes colores?
El color de una estrella es un reflejo de su temperatura superficial. Ya que, al igual que un metal cambia de color a medida que se calienta, las estrellas también emiten luz de diferente color según su temperatura.
De esta forma, las estrellas más calientes irradian luz en tonos azules o blancos, mientras que las estrellas más frías emiten un resplandor rojizo. Esta relación entre temperatura y color se basa en las leyes de la radiación térmica: A medida que un objeto se calienta, emite luz en longitudes de onda cada vez más cortas, produciendo colores más intensos y brillantes.
Además de la temperatura, otros factores también pueden influir ligeramente en el color, como por ejemplo, la composición química y los cambios evolutivos.
Clasificación y temperatura de las estrellas según su color
Las estrellas se clasifican en una escala llamada secuencia espectral, que se basa en los colores de estrella y sus temperaturas. Esta clasificación, que forma la secuencia OBAFGKM, va desde las estrellas más calientes (azul) hasta las más frías (rojo).
Clase O
• Color: Azul intenso
• Temperatura: > 30,000 K
Estas son las estrellas más masivas y calientes del universo. Debido a su temperatura, emiten radiación ultravioleta y viven períodos relativamente cortos en términos estelares.
Clase B
• Color: Azul blanco
• Temperatura: Entre 10,000 y 30,000 K
Estas estrellas son extremadamente brillantes y cálidas, aunque menos que las estrellas O. También son bastante raras y producen gran cantidad de energía.
Clase A
• Color: Blanco
• Temperatura: Entre 7,500 y 10,000 K
Las estrellas A son conocidas por su luminosidad y gran tamaño. Un ejemplo es Sirio, la estrella más brillante en el cielo nocturno.
Clase F
• Color: Blanco amarillento
• Temperatura: Entre 6,000 y 7,500 K
Aunque no son tan masivas, las estrellas F siguen siendo brillantes y fáciles de observar. Su espectro muestra una ligera presencia de elementos metálicos.
Clase G
• Color: Amarillo
• Temperatura: Entre 5,000 y 6,000 K
Nuestra estrella, el Sol, pertenece a esta categoría. Las estrellas G son de tamaño medio y tienen una vida más larga que las estrellas de clases superiores.
Clase K
• Color: Naranja**
• Temperatura: Entre 3,500 y 5,000 K
Son más frías y menos luminosas que el Sol. Pueden vivir mucho tiempo y son comunes en la secuencia principal.
Clase M
• Color: Rojo**
• Temperatura: < 3,500 K
Estas son las estrellas más frías y longevas. Aunque su luz no es tan brillante, estas estrellas son extremadamente abundantes. Muchas de ellas son enanas rojas, las estrellas más comunes en el universo.
¿Qué nos dicen los colores de las estrellas sobre su edad?
Contrario a lo que se podría pensar, el color de una estrella no indica su edad de forma directa, sino que es una combinación de su temperatura y su etapa evolutiva. Sin embargo, podemos inferir la edad y etapa en la vida de una estrella a través de la relación entre color y evolución:
• Estrellas jóvenes y masivas. Las estrellas azules (clase O y B) suelen ser jóvenes, ya que queman su combustible a un ritmo extremadamente rápido y tienen vidas cortas, de apenas unos millones de años.
• Estrellas intermedias. Las estrellas de colores blancos y amarillo (clase A, F y G) son un punto medio en términos de vida y evolución. Aunque tienen una vida más larga que las estrellas azules, eventualmente consumirán su hidrógeno y pasarán a fases de expansión y enfriamiento.
• Estrellas en fases finales. Las estrellas de colores naranjas y rojos (clase K y M) pueden estar en la secuencia principal durante muchísimo tiempo, o en su fase de envejecimiento. Las estrellas gigantes rojas, como las que se ven en esta etapa, son más frías y han comenzado a expandirse porque están agotando su hidrógeno. Aunque son brillantes, tienen temperaturas superficiales más bajas, lo que les da su color rojizo característico.
Por lo tanto, aunque no hay una edad fija que relacione cada color, el color puede proporcionar información importante sobre en qué etapa de su vida se encuentra la estrella y cómo ha cambiado con el tiempo.
Conclusión
Los colores de las estrellas nos proporcionan información valiosa sobre las características y evolución de estos cuerpos celestes.
Como hemos explicado, los astrónomos pueden estudiar el color y la temperatura de una estrella para comprender mejor su naturaleza y su lugar en el universo.
Con esta información, se hace evidente que, a pesar de ser aparentemente simples, las estrellas son verdaderos laboratorios cósmicos que nos permiten comprender tanto la formación de los elementos, como el destino de los sistemas planetarios.
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