Saber cómo será la Tierra en el futuro es una de las grandes incógnitas de la astronomía. Pero, gracias a estudios y descubrimientos astronómicos recientes, se ha conseguido dar un gran paso en esta investigación. Y es que se ha observado un planeta rocoso orbitando una enana blanca, que son los restos de una estrella similar al Sol, un hallazgo de lo más interesante que ha revelado una posible visión de cómo podría evolucionar la Tierra en 8000 millones de años.
Un planeta rocoso en una órbita cambiada
Los astrónomos han identificado un planeta rocoso, bautizado como KMT-2020-BLG-0414, aproximadamente dos veces más grande que la Tierra, orbitando a una estrella enana blanca, que alguna vez fue similar al Sol.
Este sistema, ubicado a unos 4.000 años luz de la Tierra, podría representar el destino de nuestro planeta cuando el Sol agote su combustible nuclear y se convierta en una enana blanca, en unos 5000 millones de años. Al observar este sistema, los investigadores obtuvieron una idea clara: en un futuro lejano, la Tierra podría encontrarse en una órbita diferente, mucho más distante de lo que está hoy.
El proceso de expansión del Sol
Antes de convertirse en una enana blanca, el Sol pasará por una fase de gigante roja, expandiéndose y aumentando su tamaño hasta alcanzar la órbita actual de la Tierra. Durante esta fase, el Sol crecerá tanto que engullirá planetas cercanos como Mercurio y Venus, y posiblemente también a la Tierra. Sin embargo, existe una pequeña posibilidad de que la Tierra sobreviva, al migrar a una órbita más lejana debido a la pérdida de masa solar que ocurre en esta fase.
En el caso de que sobreviva, se encontrará en una órbita aproximadamente dos veces mayor que la actual, aunque quedará en un estado devastado y helado debido a la ausencia de energía solar.
Un mundo helado e inhóspito
Si la Tierra logra escapar de la expansión del gigante rojo, será arrastrada a una órbita mucho más lejana alrededor del Sol, que para entonces se habrá reducido a una enana blanca de aproximadamente la mitad de su masa original.
Sin la energía de un Sol ardiente, nuestro planeta se convertirá en un mundo helado y devastado, demasiado alejado de la zona habitable y sin posibilidad de sustentar la vida tal como la conocemos.
Aunque según el astrónomo Keming Zhang, la Tierra solo será habitable durante aproximadamente mil millones de años más, ya que, mucho antes de que el Sol se convierta en gigante roja, el aumento de la temperatura global provocará la evaporación de los océanos y un efecto invernadero extremo, haciendo el planeta inhabitable.
Esto demuestra que la Tierra, en su estado actual, está limitada en su capacidad de sustentar vida a largo plazo.
Posibilidad de habitar lunas cercanas a la Tierra
Los investigadores sugieren que este escenario podría abrir las posibilidades para otras lunas en el sistema solar. Al expandirse el Sol, la zona habitable en la que puede existir agua líquida, se moverá hacia las lunas exteriores, como Europa, la luna Júpiter.
Estas lunas, que hoy están heladas y sin vida, podrían transformarse en mundos oceánicos debido al calor adicional, generando un entorno donde podría existir la vida.
Tecnología empleada para saber cómo será la Tierra dentro de 8.000 años
Este planeta lejano fue detectado mediante un fenómeno llamado lente gravitacional, en el cual la gravedad de una estrella o planeta desvía la luz de otro objeto detrás de él, permitiendo así a los astrónomos visualizar detalles que de otro modo serían invisibles. Mediante este fenómeno, pudieron identificar tanto al planeta como a la enana blanca en la que orbita. Observaciones como esta, realizadas con el telescopio Keck de Hawái, son fundamentales para entender cómo podrían evolucionar los sistemas estelares como el nuestro.
Conclusión
Este descubrimiento nos da una perspectiva fascinante sobre el destino de la Tierra y del sistema solar.
La observación de planetas alrededor de enanas blancas nos permite anticipar cómo evolucionarán los planetas rocosos en condiciones similares a las de la Tierra. Y aunque la Tierra eventualmente perderá la capacidad de albergar vida tal y como la conocemos, los astrónomos creen que el estudio de otros mundos y la búsqueda de ambientes habitables, como las lunas oceánicas en el sistema solar, podría salvar la humanidad y llevarla hacia nuevos horizontes.
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