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Un paseo por la constelación de Canes Venatici

Ayer, después de la sesión por aquí, aproveché que la noche estaba maravillosa para observar la constelación de los Perros Cazadores.

Estaba en la vertical, de modo que si el telescopio no fuera motorizado, como es nuestro telescopio Dobson, estaría casi imposible de mover. La ventaja es que con eso las condiciones estaban ideales para observar.

Observaciones

NGC 4244 Galaxia en espiral en Canes Venatici

Comencé con NGC 4214, que no me impresionó y continué con NGC 4244, una galaxia situada a 10 millones de años luz que vemos de perfil. Muy impresionante!

Ocupaba todo el campo de la ocular 12 mm de 92⁰ grados que estaba utilizando, con nódulos claramente visibles, una visión en la gama de blancos y grises imposible de no admirar.

Mi viaje por las siguientes

Continué con Messier 106, agradable de mirar, pero que no compite con NGC 4214.

La galaxia siguiente NGC 4217, situada a 50 millones de años luz, tiene pegada a ella una pequeña compañera que la hace especial, NGC 4226, muy pequeñita y situada mucho más lejos, a 334 millones de años luz. Esta, a pesar de su magnitud de 13,5, o mismo 14,4, según quién uno consulta, no deja dudas de su existencia.

De allí pasé para NGC 4490, la galaxia del algodón y su compañera NGC 4485, dos galaxias interactuando una con la otra a 26 millones de años luz. Eran como dice el nombre dos copos de algodón, uno mayor, otro menor, flotando delicadamente en el cielo y se dejando mirar para mí gran alegría.

Continué con la galaxia NGC 4631 y de allí pasé a NGC 4656, la galaxia del palo de hockey, situada a 34 millones de años luz. Pequeña, pero con su forma claramente visible. Está tan cerca de NGC 4631 que se puede uno quedar mirando en la ocular cuando se da el mando al telescopio de pasar de una a la otra, lo que aumenta el placer de la vision de estas galaxias cercanas en nuestra ocular, y en el espacio, ya que solo cuatro millones de años luz las separan.

La galaxia siguiente, NGC 4395, comenzó con un fracaso, no la encontré, mismo moviendo el telescopio a la vuelta buscándola.

Sólo en un siguiente intento, hora después, tuve éxito. A pesar de su magnitud 10,2, me pareció algo más para uno presumir que la encontró que otra cosa. Se ven unas muy pálidas manchitas y no algo continuo, hay que realmente saber que se está buscando algo para encontrarla contrariamente a todas las anteriores en que no cabe duda cuando uno las mira.

De allí pasé para Messier 94 que parece una galaxia espiral «miny me». El centro de ella tiene brazos claramente visibles y brillantes pero de un tamaño inesperado para el brillo que tiene, bien pequeños. Mucho más brillantes que los de la galaxia del remolino, pero mucho menores también! Se sospecha el resto de ella pero es el centro muy delineado que salta a la vista de esta galaxia situada a 15 millones de años luz de nosotros.

NGC 5055 y 5033, las galaxias siguientes, fueron simpáticas pero no me marcaron, así como Messier 63.

No puedo decir lo mismo de Messier 51, la galaxia del remolino situada a 35 millones de años luz, al cual volví incluso a mirar al fin de la sesión. Sus brazos espirales estaban visibles, no «claramente visibles», pero no dejaban duda cuando uno tomaba su tiempo para observarla, y su tamaño… Ocupa una gran parte del campo en todas las direcciones, contrariamente a NGC 4244 que está más para un hilo gordo.

De allí pasé para el único cúmulo globular de la noche, M3, que alto en el cielo estaba espectacular con sus miles de estrellas y sus tonos de gris en el centro, es de estas visiones que uno no consigue olvidar.

Continué con más una «galaxia de algodón» NGC 4449, simpática, pero nada que ver con las anteriores, NGC 4490 y 4485, y de allí salté para Hickson 68 y sus cinco galaxias situadas a 100 millones de años luz de nosotros.

Tienen una disposición en forma de la letra mayúscula V y son todas visibles, mismo la más discreta, NGC 5358 en la punta del V.

Visión muy agradable que no me canso de mirar y volver, pero ayer estaban mejores que nunca 😊. Las dos galaxias siguientes  y finales NGC 5371 y 5395 estaban bien, pero no dejaron un recuerdo inolvidable.

Espero que os haya gustado este viaje por la constelación Canes Venatici tanto como a mí.

Stéphane Mandelert,

11 de abril 2023

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