En el artículo de hoy te explicamos en qué consiste el movimiento del Sol y qué consecuencias tiene para nuestro planeta.
La Tierra tarda un año en dar una vuelta alrededor del Sol y unas 24 horas en dar una vuelta completa sobre sí misma. Gracias a estos movimientos de la Tierra existen las cuatro estaciones, así como el día y la noche. Pero, ¿Sabías que el Sol también se mueve? De hecho, podemos diferenciar 3 movimientos del Sol diferentes.
La observación del movimiento del Sol
El movimiento del Sol en el firmamento es un fenómeno astronómico que ha fascinado a la humanidad durante siglos. La observación y el movimiento del Sol ha sido clave para la medición del tiempo, el establecimiento de calendarios y la navegación. También ha sido utilizado por diversas culturas para marcar eventos importantes como solsticios, equinoccios y otras festividades relacionadas con el cambio de estaciones.
Desde nuestro punto de vista desde la Tierra, el sol aparece cada día en el este y desaparece en el oeste. Este movimiento aparente se debe realmente a la rotación de la Tierra sobre su propio eje, en sentido contrario al de las manecillas del reloj, un movimiento que dura aproximadamente 24 horas.
Si pudiéramos observar las estrellas también de día, podríamos comprobar que el Sol sigue una trayectoria aparente por el firmamento. La manera que tenemos de seguir la trayectoria del Sol de forma indirecta es observando los cambios que se producen anualmente en el cielo, fijándonos en el oeste al caer la noche.
Por ejemplo, cuando se observa el firmamento en abril, resulta posible ver aún las constelaciones de invierno (Orión, Can Mayor, Can Menor, Cochero y Toro). Poco a poco, con el paso de las semanas, estas constelaciones se encuentran cada vez en un punto más bajo, hasta que finalmente desaparecen de nuestra visión. A finales de verano reaparecen progresivamente. Durante este intervalo de tiempo son remplazadas por las constelaciones del cielo de primavera, verano y otoño.
El zodiaco es el escenario donde se desarrolla el movimiento del Sol. Mientras que la trayectoria aparente descrita por el Sol se denomina eclíptica.
La rotación del Sol
El Sol también rota sobre su eje, pero no lo hace de forma tan regular como la Tierra. Esta rotación se conoce como rotación diferencial, y supone que cada región del objeto tiene un período de rotación diferente, dada su propia composición.
De media, el sol rota sobre sí mismo una vez cada 27 días. Pero en la práctica, vemos que en el ecuador, la rotación del Sol es de 25 días. Mientras que en las regiones polares, el movimiento es mucho más lento. Puede tardar hasta 35 días en completar una vuelta.
El movimiento de traslación del Sol
Nuestra estrella también gira en torno al centro de la galaxia, formando el año galáctico. Este es el movimiento de traslación.
El Sol tarda unos 230 millones de años en completar una vuelta a la galaxia. Este tiempo se conoce como año galáctico. En su movimiento a través del espacio, el Sol se mueve por encima y por debajo del plano de la galaxia, en forma ondulada.
El movimiento del Sol en el sistema solar
El movimiento que el Sol describe en el Sistema Solar es el más desconocido de todos. Al ser una estrella con tantos objetos a su alrededor, el Sol también describe un movimiento orbital. Pero resulta casi inapreciable.
Las consecuencias del movimiento del Sol para la Tierra
A lo largo de un año, el Sol atraviesa las distintas constelaciones zodiacales teniendo como telón de fondo el firmamento. Éstas se pueden dividir a grosso modo en constelaciones de
invierno, de primavera, de verano y de otoño.
Lo alternancia del día y de la noche es producto de la rotación de la Tierra sobre su propio eje. La duración del día, es decir el intervalo de tiempo entre la salida y la puesta de sol, varía a lo largo del año. Las horas del día y de la noche se reparten en función del ángulo de incidencia de los rayos solares sobre la superficie terrestre.
En el hemisferio norte, el sol alcanza su máxima altura en el cielo durante el solsticio de verano, y su altura mínima durante el solsticio de invierno. Durante los equinoccios de primavera y otoño, el sol se encuentra en el ecuador celeste y las horas de luz y oscuridad son aproximadamente iguales.