La bóveda celeste alberga una multitud de objetos asombrosos que podemos observar con los maravillosos telescopios de nuestro observatorio de estrellas en Granada. Pero pocos pueden rivalizar en belleza y misterio con nuestra galaxia vecina, la Galaxia Andrómeda. La luz que nos llega de ella partió hace dos millones y medio de años, en una época en la que la Tierra no conocía la presencia humana aún, y criaturas como el Smilodon de dientes de sable deambulaban por el planeta. La Galaxia Andrómeda es un tesoro en nuestro firmamento que merece ser explorado, especialmente porque algunos estudios revelan que será esta la que devorece a nuestro planeta dentro de 4.000 millones de años.
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La gran nebulosa de Andrómeda
Durante el otoño, entre las transiciones de estación, se encuentra una joya celestial conocida como la Gran Nebulosa de Andrómeda. Esta recibe diversos nombres, como M31 o NGC 224, y su esplendor es indiscutible.
Esta galaxia espiral contiene alrededor de un billón de estrellas y se considera la «hermana» de nuestra propia Vía Láctea. Junto con la Galaxia del Triángulo, estas tres galaxias forman parte del Grupo Local de Galaxias. Situada a unos 2.5 millones de años luz de distancia, la luz que llega desde Andrómeda comenzó su viaje hace 2.5 millones de años, en una época en la que nuestro planeta experimentaba cambios climáticos monumentales.
Las observaciones de la Galaxia Andrómeda
A lo largo de la historia de la astronomía, Andrómeda ha sido observada por astrónomos de renombre como Charles Messier.
El astrónomo persa Al Sufi, en el siglo X, realizó una de las primeras observaciones, describiéndola como una pequeña nube en la constelación de Andrómeda. Lo asombroso es que la Nebulosa de Andrómeda es visible a simple vista desde lugares con cielos oscuros y, incluso, se puede apreciar con prismáticos desde entornos urbanos. En 1612, Simon Marius fue el primero en observarla con un telescopio, y en 1764, Charles Messier la incluyó en su famoso catálogo bajo el número 31.
¿Cómo encontrar a Andrómeda en el cielo?
Para localizar la Nebulosa de Andrómeda en el cielo, busca la constelación de Pegaso. El punto de referencia es la estrella Alpheratz, que forma parte del cuadrado de Pegaso y se encuentra en el vértice noroeste del cuadrado. Esta estrella es la Alfa de la constelación de Andrómeda. Continúa hacia el este desde Alpheratz, y encontrarás tres estrellas en una hilera: Delta de Andrómeda, Beta (Mirach) y Gamma Andromedae (Almach). El punto central de esta hilera es Beta Andromedae. Desde este punto, sube aproximadamente ocho grados al noroeste, pasando por dos estrellas, y allí la verás: una nube cósmica compuesta por millones de soles que se extiende a lo largo de 110,000 años luz de diámetro.
Las galaxias vecinas
La Galaxia de Andrómeda no está sola, sino que está en la buena compañía de dos galaxias satélites notables. La primera es M32, una galaxia elíptica enana que se sitúa al suroeste de Andrómeda. Fue descubierta en 1749 y, a pesar de su apariencia estelar a simple vista, muestra su naturaleza nebulosa bajo una observación detenida. La segunda es M110, una galaxia elíptica enana con una mayor excentricidad, ubicada al noroeste de Andrómeda. Aunque ligeramente más débil que M32, su mayor tamaño la hace visible, y fue observada por Charles Messier en 1773. Es un componente valioso del catálogo Messier de objetos celestes profundos.
Conclusión
La Galaxia Andrómeda es un tesoro celeste accesible tanto para los observadores urbanos como para aquellos que disfrutan de cielos oscuros privilegiados como el que encontrarás en Sky Andaluz. Aprovecha la oportunidad para explorar este remoto rincón del universo y déjate seducir con las maravillas que ofrece. La Galaxia de Andrómeda es un recordatorio de la vastedad y la belleza del cosmos que nos rodea, ¿No te parece?